Descubren un cementerio fósil en una caverna de Colombia.
Unos aventureros hicieron el hallazgo y un grupo de expertos lo corroboró. En Santander, en el oriente de Colombia, la tradicional práctica de espeleología logró un descubrimiento sin antecedentes en el país. Una foto del hallazgo, tomada por unos espeleólogos que recorrían la zona, fue suficiente para que los investigadores que la recibieron, expertos de la Universidad Nacional de Colombia, del Instituto Alexander von Humboldt y de Applied Biodiversity Foundation, viajaran al lugar para registrar uno de los más importantes descubrimientos paleontológicos de la última década en Colombia.
Un primer levantamiento permitió identificar varias vértebras, huesos largos, mandíbulas y dientes de grandes mamíferos herbívoros y carnívoros que vivieron en esa región hace cerca de 5 millones de años. “Es el primer cementerio fósil que se encuentra en una caverna en Colombia”, dice Yaneth Muñoz, bióloga y paleontóloga, líder científica del hallazgo. Según ella, a partir del estudio de las piezas se podrá encontrar información clave para entender la evolución de la megafauna americana y estudiar los efectos del cambio climático durante esa época. “Tal vez podremos conocer de especies que no sabemos hoy que existieron, encontrar explicaciones sobre qué pasó, cómo fue la variación climática, entre muchos otros aspectos”, señala.
El trabajo en el que certificaron el hallazgo se realizó en el marco de las expediciones Colombia Bio, que pretenden explorar la biodiversidad a la que por décadas ha sido imposible llegar debido al conflicto armado en Colombia. Diego Casallas, de Applied Biodiversity Foundation, asegura que el lugar en donde se encontraron las piezas es una de las más significativas del territorio nacional. Llegar allí, exigió que el grupo de expertos descendiera a túneles labrados por el agua, ricos en minerales y cascadas. Un panorama en el que, según él, en los últimos años se ha tenido que hacer un esfuerzo para luchar contra saqueadores y guaqueros, que han destruido ya una parte del patrimonio nacional. En las próximas semanas se continuará con la extracción de los fósiles, que serán transportados a Bogotá para empezar con el estudio científico.
“El reto, ahora que tenemos este primer registro de un cementerio fósil dentro de una caverna, es comprender cómo era la comunidad faunística y el sistema, hacer un análisis de la composición del suelo y entender qué pasó para poder interpretarlo y cotejarlo con lo que ocurre ahora. El desafío es ver cómo podemos proteger la megafauna que tenemos en este momento de la historia”, dice Muñoz.
El descubrimiento, cuya ubicación exacta es confidencial, ya ha sido notificado a las autoridades locales y al Servicio Geológico Colombiano, que aprobaron la continuidad de los estudios. La investigación, cuyos resultados se conocerán en tres años según el cálculo de los científicos, está respaldado por la International Union for Speleology y la Federación Espeleológica de América Latina y el Caribe (FEALC).
